Parece mentira la mucha fachada del tiempo
atravesando las ventanas, en su vaivén frío-calor que insiste en inviernos-veranos
y demases del medio; como la tibieza, por ejemplo, que no es ni uno ni otro, y
por eso allí queda, orillando una certeza. También hay un tiempo no-clima, que
es el de los relojes, y es el peor para todas las saludes. Con ése no hay
blandos a medias, no hay pasados recuperados aunque uno se siente a recordar mucho, con fuerza y no suelte. Tampoco hay
viajes atrás que nos dejen de pie en aquel big bang donde estábamos temblando.
Parece mentira, somos humanos que inventamos lapsos envasados, y nos atamos a ellos
como a cárceles de arañas implacables. Sin antídotos, sin muertes rápidas que
nos exterminen como para no sentir la herida del minuto que quema y nos pasa en
todas las carreras que nunca podemos ganar, ni aun llegando antes. Parece mentira,
es esa la verdad que nos mata. Eso, y
los años, aunque no sean ciertos.
"Con ése no hay blandos a medias, no hay pasados recuperados aunque uno se siente a recordar mucho, con fuerza y no suelte.". Hermoso. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Juli!! Beso grande!
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