miércoles, 23 de abril de 2014

El tiempo que parece


Parece mentira la mucha fachada del tiempo atravesando las ventanas, en su vaivén frío-calor que insiste en inviernos-veranos y demases del medio; como la tibieza, por ejemplo, que no es ni uno ni otro, y por eso allí queda, orillando una certeza. También hay un tiempo no-clima, que es el de los relojes, y es el peor para todas las saludes. Con ése no hay blandos a medias, no hay pasados recuperados aunque uno se siente a recordar  mucho, con fuerza y no suelte. Tampoco hay viajes atrás que nos dejen de pie en aquel big bang donde estábamos temblando. Parece mentira, somos humanos que inventamos lapsos envasados, y nos atamos a ellos como a cárceles de arañas implacables. Sin antídotos, sin muertes rápidas que nos exterminen como para no sentir la herida del minuto que quema y nos pasa en todas las carreras que nunca podemos ganar, ni aun llegando antes. Parece mentira, es esa la verdad que nos mata. Eso, y los años, aunque no sean ciertos.

2 comentarios:

  1. "Con ése no hay blandos a medias, no hay pasados recuperados aunque uno se siente a recordar mucho, con fuerza y no suelte.". Hermoso. Un abrazo.

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