jueves, 21 de marzo de 2013

Bukowski usó mi cabeza como un revólver




Alguien se tomó el alcohol del botiquín y no hay curitas para el costado que te sangra. Ahí estás, linyera sin auspiciante, relleno con libertad calcada en papel reciclado que zafa, pero que no calza bien en ningún lado. Qué puro cuento es todo, qué relatividad en el tiempo/espacio estándar tiene tu foto lapidada en paredes de humo y verdad, arte moderno de esos que los demás no saben explicar, y por tal, siguen de largo mientras su reojo te vigila porque sos un coso incómodo que no cierra para ninguna lógica (algo habrás hecho, dice la masa-gente sin sal). Y culpás a Mc Dios que está haciendo trampa en los dados otra vez, pero nadie te cree porque él tiene mejor reputación que vos, sabelo. 





 

martes, 5 de marzo de 2013

Desde adentro


Siento que cuando abro la heladera, el frasco de mayonesa me está esperando. Es como si en su transcurrir de cosa, en su vida de objeto (repleta de pensamientos que se plasman en sabores diversos según triunfe la idea-huevo, la del aceite o del limón), yo fuera un algo extraño que se asoma de vez en cuando a darle otra perspectiva a su existencia pre-fecha de vencimiento. Siento que soy su momento esperado del día, su lado B de las cosas. Vengo desde lugares inciertos a anunciar que hay un mundo diferente detrás de esa puerta, con brillantes colores que se muestran pero que se van cuando yo me voy. Soy la luz al final del túnel para ese frasco.  Soy su amanecer,  la verdad a temperatura ambiente. Soy su Dios.