viernes, 5 de octubre de 2012

Vidas en línea




Ciertas situaciones
tienen como una forma
de no salirse de ninguna línea.
Quizá tenga una cierta ventaja
al ser muy larga, e ir y venir
(indecisa  ella), 
dando tantas vueltas
dibujándose por muchos lados
aún donde no parece.
Y esto, con el tiempo, sería una forma
sutil y disimulada
de envolver el todo
donde usted díría:
“pero mirá vos, y eso que era una sola raya”
hasta que la mencionada se cruza consigo misma
en un punto de esos complicados
formando como un nudo
en donde el tiempo se detiene en el enredo.
Entonces es el momento de elegir
si quedarse a desatarlo
envolviéndose más y más
en la maraña de la cuestión
o también puede optar
así, sin más, por mudarse de trazo
en busca de otras líneas
de las que alardean derecheces,
bien rectas y sin tantas ganas
de introspecciones y rulos.
No sé que elegirá usted,
pero yo, al menos,
le voy pidiendo al mozo la cuenta
mientras afilo la tijera

y el adiós.

Epidemias postmodernas





Dicen que la intermitencia
tiene como un don de contrastes;
aunque si yo debo opinar,
diría que
sólo es un bicho
que salió de la caja de Pandora
y se hizo plaga
por acá cerca.