jueves, 20 de agosto de 2015

Los simuladores



Y entonces había otras formas de morir
que no tenían que ver con el clásico acto
de desaparición. Todo podía detenerse
hasta secarse, todo podía implosionar
sin ser adivinado
por quien no sospecha.
Afuera, de todas formas, la gente
los vería igual, transcurriendo un espacio,
repetidos en el mismo sillón
sin intermitencias en el modo llano
del afecto y del pensar, 
congelados en un gesto
por mucho tiempo,
mucho
más allá
del todo necesario.
Incluso cuando  preguntaran por ellos
otros dirían que están bien,
que acaban de verlos
frente a la tv, mimetizados
con ese otro tipo de muertos
que también disimulan.

martes, 4 de agosto de 2015

Preferiría no hacerlo


"No sé cómo, últimamente, yo había contraído la costumbre de usar la palabra preferir." (Bartleby, el escribiente- H. Melville) 
 A veces uno no escribe
porque algo adentro no puede.
Porque todo está tan negado
a nuestra facultad de ósmosis
con la palabra fatal y necesaria,
que cualquier trazo perdido
cae, desganado, hasta lo transparente.
No es que uno no quiera
sentarse a escupir el fuego
de lo medido, o los otros
fuegos, que pidenpiden
PIDEN
siempre un poco más de incendio,
aunque después no quede nada
que presentarle al papel en blanco.
A veces uno no escribe
por no poder enfrentarse, o  caminar la noche
de lo largo y lo recto y lo plano,
porque tiene miedo que al cerrar el ojo
que abre la puerta de los símbolos,
venga la sinapsis de lo inoportuno
a traer  poemas muertos, imposibles,
desde los muchos cementerios velados
que tenemos adentro,
en lo más oscurísimo
de lo oscuro.