Después de las fiestas (Julio Cortázar)
y nos quedábamos los dos
entre vasos vacíos y ceniceros sucios,
qué hermoso era saber que estabas
ahí como un remanso,
sola conmigo al borde de la noche,
y que durabas, eras más que el tiempo,
eras la que no se iba
porque una misma almohada
y una misma tibieza
iba a llamarnos otra vez
a despertar al nuevo día,
juntos, riendo, despeinados.
Por un SIEMPRE juntos, riendo, despeinados.
ResponderEliminarAdoreJulito.
Gracias Nina!!! Recién veo el comentario!! Como verás, soy medio colgada para revisar el blog jaja
ResponderEliminarEsa vibración interna que uno siente cuando alguien publica algo que le viene haciendo los instantes-días-meses-años exquisitos (como hace Julio conmigo, de quien soy fanática), y siente además un latido de hermandad por eso...
ResponderEliminarClaro está, entonces, que meencantaelpoemaquesubiste.
Larga vida a Cortázar a través de sus obras. Y punto aparte, me encanta como escribís! Saludos.
Julio tiene el don de decir las cosas de la exacta manera en que uno las piensa a veces...Gracias de nuevo, Juli! Besos
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