miércoles, 6 de febrero de 2013

Dilemas a 24 grados



Hoy se desató el mundo
y ahí quedó, tirado,
como esperando la orden
de ir hacia algún lugar.
No sabía él
que las cuestiones obvias de la angustia
que el relleno acartonado del tiempo
habían hecho un agujero negro
en mis ganas de jugar al futuro
(incluso al presente)
en un 2x4 de alquimias vencidas
o congeladas en los laboratorios del afecto.
Me olfateás, mundo
hueso en boca, esperando mi movida,
mi desplegarme al calor del sol
pero a veces no me alcanza el impulso
porque sé lidiar con incandescencias
con lo que muerde y lo que vuela,
y aún con aquello que desde la raiz muere a secas,
pero no sé qué hacer con lo que, tibio,
se queda durmiendo en la mitad
de su propia historia.

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