¿Quién detendrá
los miedos que se disparan
sobre avenidas
paralelas
mientras me
llevan atada
ahorcada
y cabalgando
repeticiones?
¿Dónde estaré
cuando, al fin,
se detengan?
¿Qué quedará
entonces
de lo que fui
antes de ese
después?
Tal vez no
encuentre la forma
de ser la nueva
yo misma
y quede atrapada
en fotos y
cajitas de recuerdos
que se renuevan
en ecos.
O, quizá el otro
lado:
despertar al fin
a la verdad
hecha a medida
donde haya
aprendido el adelante
corriendo más
rápido
que las excusas,
y que el tiempo cuadrado
de los relojes.
Ahí, entonces.
el alrededor
quizá tenga gusto
a todas las
intensidades
a jardines sin bordes
y a milagros
amasados
por mi propia
magia.
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