domingo, 23 de noviembre de 2014

Anais Nin y su predilección por las técnicas de Otto Rank por encima del análisis freudiano



"La rigidez científica actúa de modo muy parecido a una trampa, la trampa de la racionalización. El paciente, que es una persona hipersensible no puede dejar de sentirse influido por aquello que se espera que diga, por la rápida clasificación que descubre la estructura de forma demasiado evidente. El neurótico piensa que cada una de sus frases tiene que encajar en una secuencia lógica a cuya presión acaba por sucumbir.
Cuanto más claro se le hace este proceso, en mayor medida experimenta una especie de desaliento ante la trivialidad de todo aquello. El dar un nombre a su problema, que en sí es algo completamente prosaico, le hace pensar en sus enfermedades físicas, y le priva de esa ilusión y ese halo creador que es imprescindible para la recreación de un ser humano. En vez de descubrir las posibilidades poéticas, imaginativas y creadoras de su enfermedad (ya que la fantasía de todo neurótico es en realidad, una obra de arte deformada, abortada) descubre su despoetización y esto le deja convertido en un tullido en vez de un artista"
 (Anais Nin - Diario I)

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