domingo, 1 de julio de 2012

Is there anybody out there?



Quiero cerca muy cerca a quien me entregue
sus manos abiertas y la profundidad de sus mares
(aguas no siempre cálidas
ni calmas
ni transitables);
que quiera verse en mis espejos
y me llene el reflejo de matices
en que los que yo también me encuentre.
Que pueda acercarme a desentrañar los mundos
a sacarle sus envoltorios,
como caramelos que se abren y se saborean
empapándonos, mientras
del sabor de todos sus costados.
Quiero que no se llene de ruido
cuando mi mirada le canta verdades
al desnudo y sin ediciones;
que no tema soportar el peso
y el diámetro del nosotros.
Que lea cuentos que no necesiten caer
en finales de música de piano y perdices,
pero que sepa que igual está lleno de ganas
el camino hacia los sueños de estar cerca.
Quiero que se involucre
en el plan de abrirle un sí a lo que venga
que se ría de sus monstruos y sus laberintos
desconfiando de las seguridades
falsamente propuestas por la monotonía
de saberse (y sabernos) de memoria.
Que prefiera, en cambio, elegirnos con cada mañana
y exprimirle el todo a los momentos
teniendo la certeza inexplicable
de que el día siguiente
a dormirnos enlazados,
será una nueva
(y grata) oportunidad,
para sacarnos el premio mayor
de empezarnos todo de nuevo.

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