Prohibieron
el camino que iba hacia adelante, junto con el de atrás, y las sombras que
estaban cerca se marchitaron conteniendo la respiración. El tiempo desdibujó
sus vientos y archivó huellas quedándose en un quieto. La vida entera tomó un descanso y se
pronunció en feriados que olían a silencio y a lo inmaterial. La Nada primitiva
irrumpió lentamente desde todos sus reinos estáticos como fotos, y desparramó la soledad en sucursales,
mientras preparaba carteles que la autoproclamaban vencedora ante nadie.